«Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera».
Facundo Cabral
Como el día y la noche así han sido mis dos carreras de este año, el GTP llevando el sufrimiento al límite, como por otra parte me suele pasar en todas las ediciones que he corrido de esta carrera, y en el CBT disfrutando durante todas sus horas de correr por caminos muy técnicos de montaña. Dos formas muy distintas de sentir las carreras de montañas y, aunque parezca mentira gozando en ambas. Pero he empezado la casa por el tejado, volvamos atrás a los días previos a la CBT.
Cerrando ya el año llegaba una nueva edición del Costa Blanca Trail, carrera donde hace justo un año volvía a la vida «trailera». En esta ocasión, de nuevo con la compañía de David, decidimos asaltar la distancia de 84Km que contaba con un recorrido muy atractivo, añadiendo al Puig Campana y a Aitana, platos fuertes de la carrera, la subida a la Mallada del Llob. Una subida espectacular que junto a las anteriores conformaba un recorrido precioso y muy exigente.
Pero las historias de las carreras siempre empiezan mucho antes de las mismas, en este caso después de terminar el GTP en junio, he tenido un verano tranquilo en lo que a correr se tercia. El cansancio psicológico de tener que preparar durante meses una carrera así y los calores veraniegos, que no invitaban a correr, hicieron que bajara el ritmo y prácticamente no corriera durante julio y agosto, lo cual no quiere decir que parara, ni mucho menos, en su lugar cambie las zapas por las dos ruedas recorriendo cientos de Kms, esta claro que parar no sé. Ya con la vuelta a la rutina en septiembre tocaba volver a los entrenos correriles si quería llegar en forma a la CBT. Poco a poco fui aumentando los Kms, pero sin llegar a sumar muchos mensuales, siempre priorizando las sesiones de calidad sobre el volumen y así me plante a un mes de la CBT con relativamente pocos Km en las piernas pero con muy buenas sensaciones.
En uno de los últimos entrenos exigentes que tenía planificados iba rápido bajando por un zona pedregosa y muy técnica y ¡zasss! una mala pisada y sentí como el tobillo se me torcía. Los minutos posteriores fueron de mucho dolor, no podía apoyar el pie e irremediablemente se me vino a la cabeza la carrera :-(. Afortunadamente poco a poco el dolor fue bajando y pude comenzar a andar y al poco a trotar. En este momento tenía dudas sobre el alcance del daño, porque daño parece que había, así que decidí abortar la ruta pensada y volver lo antes posible al coche. Me toco correr otros 10Km para llegar al coche, pero afortunadamente la mayoría en pista en buen estado. Cuando llegue al coche el tobillo me seguía doliendo pero había podido correr y parecía que no se había hinchado mucho. En cuanto llegue a casa me puse hielo para evitar en todo lo posible la inflamación. Esa noche fue complicada y no conseguí dormí mucho, me pusiera como me pusiera el tobillo me dolía. Sorprendentemente a la mañana siguiente me levanté con dolor en algunos movimientos pero practicamente sin hinchazón. La verdad es que no tenía mala pinta y cuatro semanas de margen para la carrera parecía tiempo suficiente para curarse. Para una semana antes de volver a correr por pista fácil, aun con algo de dolor, y dos semanas después intenté correr por la montaña. Las sensaciones fueron buenas, seguia con algo de dolor cuando pisaba en posiciones extremas pero con cuidado y sin arriesgar podía correr, ademas lo mejor fue que el descanso parece que hasta me vino bien y las sensaciones seguían siendo tan buenas como antes del esguince, la cosa pintaba bien.
En la semana de la carrera el esguince ya casi era historia :-D, ante movimientos extremos sentía que el tejido todavía estaba sensible e inestable, pero ello no me impedía ningún movimiento así que no había excusa. Estos días previos, siempre son de nervios y más cuando toca preparar la estrategia de carrera y todo el material necesario para una carrera de esta longitud a la que había que añadir la previsión de frío que daban para el día de la carrera, hasta -7 de sensación térmica :-O.
Año de contrastes este 2019, en el GTP sufrimos una ola de calor y aquí la CBT se presentaba en plena ola de frío polar, con media España colapsada por la nieve. Afortunadamente en Alicante ni la nieve ni la lluvia iban a hacer acto de presencia, no así el frío que si arribó pero afortunadamente no con la virulencia que daba el pronóstico.
Llego el día de la carrera y ahí nos presentamos un año más David y yo prontito para recoger el dorsal sin prisas, no eran ni las 5:00h y como estaba previsto hacía bastante frío. El cielo estaba totalmente despejado así que este año parecía que la carrera iba a ser en seco. Por delante nos esperaban 84Km con 5.100m+ sin un metro liso.
Poco antes de salir nos encontramos con mis hermanos de trail Pez, Felix y Antonio, que alegría verlos, cuantos buenos momentos hemos compartido juntos, pero al menos Pez y Felix hoy iban con otro ritmo objetivo, una pena. Con Antonio si compartimos buenos momentos en la carrera.
Salimos de Finestrat ya tirando para arriba desde la misma salida hasta que en el Km 2 ya nos vemos metidos en el temido Km vertical del Puig, subidón para salvar más de 1.100m+ en menos de 3Km. Afortunadamente este año con el terreno seco se sube con menos resbalones y por tanto mucho más cómodo. Mientras subimos desde Finestrat se veía una espectacular hilera de frontales ascendiendo el Puig Campana.
Casi llegando arriba empieza a amanecer, regalándonos una preciosa vista de toda la costa de Alicante que hasta entonces veíamos iluminada por la luz de los pueblos.
En la cumbre nos esperaban los voluntarios que llevaban el punto de control, que mérito pasar toda la fría noche viendo pasar corredores. Son las 7.30 pero llevan allí desde antes de las 0:00 y lo que les queda todavía… Terminamos la ascensión en 1:30h de carrera, así que hemos tardado 15m menos que el año pasado. La verdad que me sorprendió el ritmo no tenía sensación de haber apretado y de hecho llegamos sin la sensación de haber hecho un gran esfuerzo.
Ahora tocaba bajar al Col del Pouet, esta bajada es bastante técnica y tenía en mente el calvario que fue el año pasado con todo el terreno mojado que ocasionaba resbalones constantes, pero que diferencia con este año. Con el terreno seco la bajada se puede hacer mucho más rápida y pasamos por el punto de control sacando ya 21m al tiempo del año pasado. Primer avituallamiento de la carrera donde quede gratamente sorprendido por la variedad de la comida y bebida en el mismo. Afortunadamente para nosotros la calidad de los avituallamientos fue constante durante toda la carrera, pocas carreras recuerdo con unos avituallamientos así, un punto a agradecer a la organización.
Ya completamente de día aprovechamos la parada para quitarnos los frontales, comer algo y sin mucha más pausa seguir hacía Benimantell para completar el primer tercio de carrera. Pero primero tocaba subir levemente para llegar a la Font del Pí y ya desde allí bajada hasta el pueblo.
Durante la bajada nos encontramos con estas entusiastas animadoras. ¡La leche! hay gente peor de la cabeza que nosotros :-D, entre los pocos grados que hacía y que soplaba un viento congelado hacía que la sensación térmica percibida fuera heladora y ahí estaban «ellas» animando a todos los corredores que pasábamos. ¡Muchas gracias guapas!
Llegamos a Benimantell en 4:15h con 24Km y 1900m+ en las piernas y con buenísimas sensaciones. Son las 10 de la mañana y nos encontramos otro avituallamiento espectacular, sobre todo para estar solo en el Km 24, donde ya hay ensalada de pasta y caldo caliente. Que bien entra el caldito caliente con el frío que nos hemos chupado estas primeras hora. Hacemos una parada algo más larga de lo planificado pero no exagerada ya que te quedabas frío en nada y salimos hacia la Mallada del Llop. Tenía muchas ganas de hacer esa subida y no defraudó, pero en ella tuve que lidiar con el único momento difícil de la carrera.
Salimos de Benimatell perdiendo altura pero en seguida el terreno se vuelve a poner vertical, tenemos 1000m de subida bastante vertical por delante y así en seguida las vistas comienzan a ser preciosas ofreciéndonos estampas que combinan montaña y mar. El frío y ventoso día ha dejado a cambio una visibilidad increíble.
Después de ganar altura por un precioso sendero nos metemos de lleno en la parte baja de la Mallada del Llop, una espectacular subida entre dos paredes de piedra.
Desde que salimos de Benimantell tengo una molestia en el talón de aquiles del pie izquierdo que me mantiene inquieto porque no llego a identificar a que puede ser debida. A veces durante las carreras aparecen molestias que tal como vienen se van por lo que confiaba que esta fuera de esas, pero según van pasando los Km y seguimos subiendo la leve molestia inicial se va incrementando y sigo sin reconocer que puede ser. Decido parar y ponerme un «compeed» por si, aunque no parecía, fuera el comienzo de una ampolla. Sospecho de las zapas, me han ido muy bien y voy cómodo con ellas pero en otras marchas largas estas zapas ya me han generado alguna ampollas, precisamente pensando en ello en la primera base de vida en Confrides me había dejado otras zapas bastante curradas pero mucho más cómodas. No queda otra que llegar con estas zapatillas a Confrides y esperar que el cambio mejore la situación.
Esta subida siempre se me hace larga, pero esta vez curiosamente al contrario que otras veces se me paso muy rápido y ni siquiera se me hizo especialmente dura. A pesar de las molestias el hecho de que llegara en forma y que lleváramos pocos Km hizo que la subiera sin problemas. Coronamos y justo delante vemos las antenas de Aitana (en la foto casi no se ven), nuestro próximo objetivo. Parecen muy lejos pero poco más de tres horas y media después allí estaremos viendo en el horizonte el vértice geodésico donde ahora estamos.
Hacemos un cresteo precioso con vistas espectaculares a ambos lados que finaliza en el Pico de la Serrella donde iniciamos una compleja bajada con piedra y tierra muy suelta pero que resulta muy divertida.
Perdemos de golpe mucha altura y nos volvemos a meter en una zona de pinares por preciosas sendas antes de llegar a Confrides, mitad de carrera, a las 13:50h en 7:50h y 42Km con 3100m+. Nos espera de nuevo un avituallamiento espectacular que nos permite recuperar energías para afrontar la subida a Aitana, que este año ha cambiado por lo que no la conozco. En anteriores ediciones coronábamos al final de la base militar, este año coronaremos al principio de la misma por lo que pasaremos por delante de todas las instalaciones.
Afortunadamente en esta última parte el pie ha mejorado mucho, en cuanto hemos comenzado la bajada las molestias se han ido. En las leves subidas de este tramo vuelve a molestarme pero en las bajadas nada de nada, curioso. Sigo pensando que las zapas tiene algo que ver así que en Confrides aprovecho para cambiármelas y de paso ponerme pantalón corto y quitarme alguna de las capas inferiores, no hace calor, pero tampoco el frío que hemos sufrido en las primeras horas.
Salimos, como no, cuesta arriba desde Confrides y con la nuevas zapas el pie no se queja, tiene pinta que con el cambio el tema se ha solucionado 😀
En esta subida salvamos 900m+ pero el camino es fácil y coronamos sin mas historia las antenas de Aitana, llevamos 52Km y 10h de carrera con 4000m+ . Esta chulo pasar por delante de las instalaciones militares y todas las antenas que tienen allí, con todos los años que llevan las instalaciones parecen una museo de tecnología. Con algunas antenas ya abandonadas, pero no desmontadas, y otras aparentemente activas.
Llegamos al avituallamiento de nuevo muy bien servido y con unos voluntarios impresionantes ¡Que meritazo el suyo! Son las 16:00h y ahí arriba, pico mas alto de la provincia de Alicante con 1.557m, sopla bastante viento y la sensación térmica es heladora, nosotros estamos en movimiento ¡Pero ellos están ahí parados! Solo quedan 2 horas de luz y cuando llegue la noche el frío allí puede ser muy intenso. ¡Gracias voluntarios!
Nos sacamos David y yo la foto de rigor en el último pico serio de la carrera y a seguir. Vamos muy bien de sensaciones y menos mal, la bajada que nos espera ahora no es muy pendiente, pero es muy cansina ya que esta llena de piedras pequeñas sueltas y resulta muy complicado pisar correctamente. Tenía mis dudas acerca de como se comportaría el tobillo que había sufrido el esguince hace un mes en esta bajada ya que el constante pisar mal fuerza mucho la articulación. Por ello baje con precaución y afortunadamente conseguí llegué al final de la bajada sin molestias :-).
Ahora seguíamos bajando pero ya por una pista fácil que nos permitió correr bastante, un lujo llegar a esta altura de carrera con estas sensaciones, disfrutando de la montaña mientras el día llegaba a su fin…
La siguiente parada estaba en Sella, justo antes de llegar al pueblo hay una bajada vertical muy complicada (con más de 40% de pendiente y tierra suelta, una locura) y deseaba llegar a la misma de día para bajar más seguro, pero llegamos justo cuando la luz acababa de irse, así que justo antes de comenzar el descenso nos toco sacar de la mochila los frontales.
El año pasado esta bajada, encima mojada, fue un infierno. Las zapas que llevaba con una suela que en ese suelo mojado no agarraba nada fue una autentica tortura en la que tuve 3 caídas, este año todo iba a ser distinto. Las zapas, aunque ya algo viejas, agarraban muchísimo mejor y eso unido a que estaba fisicamente entero, hizo que todo pareciera más fácil. Mientras que el año pasado me pasaron algunos corredores este año era yo el que adelantaba. Como en todas las bajadas técnicas David tiro para adelante, imposible plantear seguirle con lo bien que baja, pero al contrario que el año pasado esta vez me tuvo que esperar muchísimo menos tiempo abajo ;-). Una vez finalizada la zona de pendiente extrema echamos un mirada atrás y ya siendo de noche cerrada se veía un hilo de luces blancas bajando la montaña, resulta realmente impresionante ver desde lo alto que bajan las luces ¡Normal! si es que hemos perdido 400m de altura en menos un 1Km.
Llevamos 65Km en 12:40h de carrera cuando llegamos a Sella donde nos espera otro gran avituallamiento hasta con paella. Pero a las siete de la tarde apetece más algo de caldo caliente y pasta que regamos con abundante coca-cola y agua antes de ponernos de nuevo en marcha. En este punto me había dejado más ropa y otras zapas, pero voy cómodo con lo llevo por lo que decido no sacar nada y simplemente les pido a los voluntarios que metan la bolsa en el camión para que cuando lleguemos a meta ya esté esperándonos.
Ya hemos superado todas las grandes subidas y ya «solo» quedan los 20Km que separan Sella de Finestrat. A estas alturas de la carrera es cuando más se nota si has llegado bien preparado. El año pasado este tramo, sobre todo la salida de Sella, se me hizo algo duro pero esta vez todo era diferente, pudimos correr a ratos y así los Km pasan mucho más rápidos.
La verdad que es una pena hacer de noche este tramo porque es una zona chula que además permite ver vistas increíbles del Puig Campana con el que empezábamos la carrera esta mañana.
Llegamos al Coll de Sacarest muy bien y ya solo nos queda una pequeña subida antes de dejarnos caer a Finentrat. Este último tramo lo hacemos todo corriendo, que aunque es cuesta abajo, es todo un síntoma que hemos llegado bien. Si vas tocado a esta altura de carrera ya no puedes correr ni cuesta abajo, afortunadamente no es nuestro caso.
Entramos en Finestat parando el reloj en menos de 16h, así que muy contento, tenía idea de hacer entre 16-17h y al final han sido necesario algo menos para completar los 84Km con 5000m+.
Con esto doy por concluido el año en lo que a carreras se refiere. Terminar con estas sensaciones es un lujazo. Ahora toca reposar la experiencia para tratar de definir el próximo año, veremos que nuevas aventuras nos depara. 😀